Uno de los rasgos más significativos y paradójicamente más olvidados de nuestra historia e identidad son los Árboles de Concejo.
A los pies de estos árboles se celebraban asambleas, parlamentos, juicios y concejos abiertos. Muchos de los robles, fresnos, olmos, tejos y morales que fueron testigos de estas reuniones desaparecieron hace años, o han perdido por completo su significado como lugar de encuentro y punto de reunión.
Los Árboles de Concejo llegaron a ser centros neurálgicos de la sociedad, ya que bajo su sombra se elegían alguaciles y representantes, se legislaba sobre cuestiones sociales, se planificaban los trabajos comunales, se acordaba la gestión de los terrenos y edificios públicos, y se celebraban eventos como fiestas o rituales.
Esta tradición, muy arraigada en la vieja Europa, tiene sus raíces en el antiguo culto celta a los árboles. Los celtas consideraban los árboles como seres sagrados, ya fuera como lugares de reunión, debido a sus propiedades medicinales, o porque eran vistos como la morada de espíritus de la naturaleza. Esta creencia tan arraigada influyó en otras culturas del continente, llegando a ser muy extensa en España siglos atrás.
Durante el Encuentro de Verano 2019, visitaremos diversos lugares que aún conservan y rinden homenaje a sus antiguos Árboles de Concejo, siendo el más significativo de ellos el Roble de Gernika.
Fuente: https://www.traficantes.net/libros/arboles-de-junta-y-concejo / http://soelarbol.blogspot.com/ / http://lalobaerrante.blogspot.com/2016/11/arbol-del-concejo.html / https://en.wikipedia.org/wiki/Celtic_sacred_trees
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