Durante este año 2020, la humanidad se ha reencontrado con un viejo enemigo: la pandemia. Este temor tan actual no es, ni mucho menos, nuevo: se tiene constancia de diversos episodios de infecciones masivas y letales que a lo largo de la historia han azotado con fuerza a todas las civilizaciones por igual. Esta circunstancia ha alterado nuestra vida cotidiana y nuestros planes de futuro más inmediatos. En nuestro caso, nos obligó a suspender el Encuentro de Verano 2020 y reformular esta actividad para que, aún en tiempos de distanciamiento social, pudiéramos sentirnos unidos en la adversidad. Fieles a nuestra filosofía, miramos hacia el pasado para encontrar algún hecho histórico que inspirase este proyecto, y encontramos uno especialmente interesante.

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Hace apenas dos siglos, el mayor miedo de la humanidad no era el coronavirus, sino la viruela. Solo en Europa, esta enfermedad acabó con la vida de 60 millones de personas. Sus estragos fueron igual de evidentes en América, donde la viruela campó a sus anchas ya que fue importada por los colonos europeos. Como suele pasar en contextos de crisis, el ingenio humano consiguió sacar algo positivo de la catástrofe: el descubrimiento de la vacuna. El revolucionario método de inocular bacterias atenuadas para desarrollar inmunidad contra ellas llegó a España en el año 1800. Ante el apabullante éxito de la vacuna como remedio contra la viruela, el médico personal del rey Carlos IV le persuadió para enviar una expedición a América para propagar este descubrimiento. La expedición, cuya motivación humanitaria coexistía con la voluntad del monarca de fortalecer los recursos del reino, zarpó de A Coruña en 1803 y cruzó el Atlántico hasta llegar a San Juan de Puerto Rico en 1804, habiendo recorrido 6.015 km.

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Esta expedición fue el punto de partida para el reto colectivo que planteamos: recorrer la misma distancia (6.015 km) entre todos los miembros de la comunidad rutera durante los meses de julio y agosto de 2020. Precisamente, el 19 de agosto de 2020 llegamos a los 6.015km del reto. Como alcanzamos este hito mucho antes de lo previsto, decidimos alargar la aventura un poco más, concretamente 891 km, la distancia entre San Juan (Puerto Rico) y Caracas (Venezuela), la segunda parada de la expedición. 

El resultado final ha sobrepasado con creces nuestras expectativas: un total de 114 deportistas unieron fuerzas para sumar 8.289,82km entre todos... ¡el 138% del reto inicial! Desde el Comité Organizador queremos daros las gracias por el interés mostrado, por participar (hayan sido unos metros o muchos kilómetros) y por hacer posible que, aún en la distancia, nos sintamos más unidos que nunca bajo las alas del quetzal.